Vamos directo al grano. Las siguientes tres figuras resumen los principales mensajes de Educación con Patines. Cada una ilustra un desafío y una oportunidad esencial para Chile.
Atraso local: Se pierde talento. Planteamos que la presencia de mecanismos que identifiquen tempranamente las disparidades y las trate prontamente es una condición necesaria para combatir en el largo plazo la desigualdad. Chile, sin embargo, no opera bajo dicha lógica.
Considérese a modo de ejemplo la figura 1. Esta analiza la transición desde cuarto básico hasta el acceso a la educación superior de una cohorte de estudiantes chilenos, distinguiendo los resultados del Simce del establecimiento en el que estaban matriculados a los 10 años. Específicamente, se consideran los alumnos matriculados en el 10 por ciento de colegios con peores resultados en la prueba Simce, versus el del 10 por ciento de mejores resultados.
La ineficacia del sistema educativo para revertir las disparidades ya evidentes en 4° básico es alarmante. ¿Implicancias? ¿Cómo avanzar hacia un sistema más inclusivo? El libro ofrece varias ideas al respecto.
Atraso mundial: Faltan Estudiantes Competitivos Globalmente. Las cifras muestran que si bien Chile habría venido cerrando la brecha de acceso a la educación respecto de las economías desarrolladas, mantiene diferencias alarmantes en cuanto a la calidad de la misma y al dominio de los conocimientos básicos respecto del mundo desarrollado.
Consideremos, por ejemplo, las cifras de PISA 2015. La siguiente figura ilustra la compleja realidad de Chile. No solo el número sino que la velocidad del medio de transporte ilustra el atraso de Chile en cuanto a la generación de estudiantes de altos resultados educativos.
La figura 2 no solo informa las dificultades internas que enfrenta el país, sino también aquellas que complican nuestra futura competitividad relativa, sobretodo en el contexto de una economía integrada y afectada por un imparable cambio tecnológico. ¿Será posible competir globalmente sin contar con una elite suficientemente calificada y preparada para enfrentar los desafíos de la nueva revolución tecnológica? ¿Podremos desarrollar una economía basada más en el conocimiento y la tecnología que la actual? Fontaine y Urzúa responden las preguntas en su nuevo libro.
El problema de fondo: Los Docentes. La calidad del sistema educativo está fundamentalmente anclada en la calidad del capital humano que lo conforma. Sin profesores de excelencia, no habrá educación de calidad. Por cierto, las dificultades para caracterizar a un buen docente son muchas. No hay prueba perfecta que lo identifique, pero es posible hacer algunas aproximaciones y la PSU ofrece tal oportunidad. ¿Cuáles son las diferencias en puntaje en la prueba de acceso a la educación superior entre aquellos que estudian pedagogía y el resto? La figura 3 responde la pregunta analizando datos de postulación a la universidad de un grupo de profesores jóvenes.
El desafío entonces es pensar en políticas que permitan atraer a jóvenes que tempranamente se destaquen en lenguaje, matemática, historia o ciencias a estudiar pedagogía y darles la oportunidad real de adquirir una formación amplia y profunda. Esa es probablemente la más importante reforma que Chile demanda. ¿Cómo llevarla a cabo? Educación con Patines ofrece propuestas al respecto.
¿Por qué motivar un libro con tres figuras tan pesimistas? Por dos razones. Primero, escriben Fontaine y Urzúa, pues es importante saber dónde está parado Chile. Segundo, para apreciar sus avances. Hay que ver el vaso medio lleno y no medio vacío. A pesar de todas las falencias del sistema educacional Chileno, ¡cuánto ha progresado! ¿Se imagina cuánto más podría avanzar Chile si se hiciera cargo con ganas y con sentido común de los desafíos reales que enfrenta? Educación con Patines profundiza en esos retos y proponen ideas para resolverlos.